La Cofradía de María Santísima de la Soledad nos encargó el proyecto para su nueva Casa Hermandad. Se trata de un edificio para guardar el paso procesional y los enseres dela Cofradía, que tiene adjunto un pequeño patio.
Un edificio que me ha llevado a adentrarme en la arquitectura tradicional regionalista andaluza del S. XIX, y al uso del ladrillo visto, un elemento constructivo de clara esencia pontanesa que nos retrotrae al auge industrial de principios del XX.
Existe también un guiño a la Ermita del Dulce Nombre, sede canónica de la Cofradía y lugar en el que se venera la imagen de su titular, la Virgen de la Soledad, una talla del escultor y pintor pontanés José Antonio Ruiz Rey (1695-1767), del siglo XVIII. El núcleo central de la espadaña es el mismo que el de la Ermita, aunque cambiamos el material para usar en todo el conjunto el ladrillo visto.
Un proyecto que me ha hecho especial ilusión diseñar.