El edificio se estructura en torno a un patio de luces que se convierte en el verdadero recibidor del tanatorio. Se trata de un equipamiento privado que da respuesta a las necesidades en cuanto a este tipo de servicios en la ciudad de Moriles.
Se divide en una parte pública, compuesta por el recibidor y las salas de velatorio, y una segunda parte privada, en la que se encuentran las salas técnicas, el garaje y la administración.
Se ha jugado con un escalonamiento de los volúmenes exteriores, en los que podemos apreciar la división de los espacios interiores. La necesidad de seguridad, hace que el edificio se cierre hacia fuera, siendo totalmente permeable hacia el patio interior.